Benito Pérez Galdós i El Verger

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Benito Pérez Galdós (1843-1920) va ser un cèlebre novel·lista i dramaturg espanyol que va arribar a ser Diputat a Corts al començament del Segle XX.
A partir de 1873 Galdós va començar a publicar els seus famosos “Episodis Nacionals” una obra immensa i molt popular que va arrancar amb la batalla de Trafalgar i va acabar, inconclusa, amb l’arribada de la Restauració Borbònica.
L’amic Joan Josep Anna Bertomeu, orientat per Josep Lluís Mira Pastor (novelder enamorat del Verger) ens participa que en la sisena novel·la de la segona sèrie d’aquests Episodis Nacionals publicada en 1877 i titulada “Els cent mil fills de Sant Lluís”, la qual tracta les intrigues de Ferran VII per a facilitar l’entrada de l’exèrcit francés a Espanya i acabar així amb el Trienni Liberal, apareix El Verger.
En concret, en el capitol XVII trobem el següent text:

Yo tenía muy presente a un primo mío que había comerciado años antes en un pueblo de Alicante llamado Vergel, en las inmediaciones de Denia, a orillas del río Bolana. Esta palabra era el puñal del asesinato proyectado por mí. La tomé con la fiebre del rencor. ¡Qué admirablemente servía para mi objeto! ¡Qué bien dispuestas estaban sus letras para una obra satánica! No podía pedirse más, no. Tenía delante de mí una de esas infernales coincidencias que deciden a los criminales vacilantes, y a veces hasta a los justos les impulsan a escandalosos y horribles pecados.

Tomé la pluma, y con mano segura, regocijándome interiormente en la perfección de mi obra, convertí la palabra Urgel en Vergel. La fecha era fácil de mudar también. Salvador había puesto Marzo en abreviatura. Yo convertí el Marzo en Mayo, dejando el día que era el 3, lo mismo que estaba… ¡Oh, cuando no se me cayó la mano entonces, creo que tendré manos para toda mi vida!

Del texto de la carta podía mostrarse la primera plana, donde decía entre otras cosas insignificantes: «no pienso en muchos días salir de este pueblo».

Corrí allá con mi puñal. Las trágicas figuras antiguas a quienes pintan alborotadas y arrogantes con un hierro en la mano, no fruncirían el ceño más fieramente que yo, al blandir mi carta homicida. Subí a la casa. Sola me esperaba en la puerta. Entramos: me senté al punto porque estaba muy cansada.

-Vea usted -le dije-; el pueblo donde ahora está es Vergel. He pasado por él.

Solita devoraba con los ojos la carta.

-Vergel -añadí mostrándole la carta-, está entre Pego y Denia, sobre un riachuelo que llaman Bolana. Si va usted a Onteniente le será muy fácil llegar a Vergel.

Ella seguía leyendo.

Cites:
211. Benito Pérez Galdós i El Verger
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/los-cien-mil-hijos-de-san-luis–0/html/ff35673a-82b1-11df-acc7-002185ce6064_4.html